Ahora que el Coronavirus y el confinamiento nos han sumido en el aburrimiento al mismo tiempo que han despertado las ganas de ver a quienes no veíamos hace tiempo y de hablar con primos y amigas a veces casi olvidados, he pensado compartir lo que llevo algún tiempo escribiendo, una historia de mi familia desde que llegó a Marruecos, hace ya más de un siglo.
Es una historia sentimental, y así quiero que la entendáis. Es mi forma de recordar y de contar, con las limitaciones que ello supone.
Intentaré publicar en mi página web un capítulo cada dos o tres días.
Va dedicado a mi madre, a mi padre, en general a quienes ya no están y cuya presencia echamos de menos.